miércoles, 21 de julio de 2010

Cuatro manos, Dos corazones

De niña y aún siendo adulta siempre me aterró pensar en el dentista, y como no, si a mí y a muchos de mi generación nos toco vivir la experiencia de las camisas de fuerza que ponían en algunos consultorios para poder “ayudarnos” a tener los dientes mejor y aunque yo no puedo reconocer más que un severo trauma de violencia y maltrato tal vez en su tiempo fue lo único con lo que se contaba para practicar un tratamiento a un niño pequeño.

Mi hijo nació con una deficiencia del esmalte dental y a partir de los dos años comenzaron a notársele manchas marrones en casi todos los dientes, que no era otra cosa que el esmalte que desaparecía y dejaba ver la dentina.  En cuanto pudimos lo llevamos con la dentista (yo fui aterrada por supuesto) que nos dijo que era muy pequeño para atenderlo pero que cuando cumpliera 3 años teníamos que ponerle coronas. A los 3 una tía de mi esposo le puso las coronas algo improvisadas, ya que aunque lo atendimos en casa fue un proceso difícil.

Después de un tiempo corto se le cayeron dos coronas y volvimos a buscar nuevo dentista, ahí nos dimos cuenta que importante se vuelve un profesional de la salud cuando tenemos hijos, es difícil la búsqueda de prestadores de servicios que entiendan de enfoque humano y sobre todo que estén dispuestos a desarrollarse en el intrincado mundo de los niños pequeños que siempre es duro y lleno de mucho trabajo humano.

Algunos sabrán que existen técnicas nuevas donde los niños ante intervenciones difíciles son anestesiados totalmente para evitarles ese trauma del que les platique antes, sin embargo en mi opinión no es algo que debe tomarse tan a la ligera y desconfiaría de cualquier profesional que pusiera esta técnica como primera opción ante cualquier tipo de intervención en un niño pequeño.

Así que gracias a  mi buena estrella, tuve la fortuna de contar con dos excelentes profesionales que se dedican a mi modo de ver, a desarrollar una hermosa técnica. En el ámbito se le conoce como “a cuatro manos” ya que es una intervención asistida pero yo creo que en este caso se alarga a “dos corazones”. Su historia se me hace digna de promoverla y presumirla.

Se trata de dos hermanas gemelas. Ambas son cirujanas dentistas y trabajan en equipo al atender a un niño, así unos ojos ven lo que otros no, unas manos apoyan a las otras, unen sus inteligencias y experiencias para que el pequeño paciente en el menor tiempo posible y con las menores incomodidades pueda tener su tratamiento.

Y aunque me cuentan que aún con esto hay días difíciles y niños que terminan muy cansados, son más los que salen divertidos y aliviados de las ocurrencias e historias que les cuentan para hacer más llevadera esta experiencia tan difícil.

Yo que vi con mis propios ojos la intervención de mi hijo, me agrado muchísimo la técnica y ojala que más pacientes puedan disfrutar de esta hermosa manera de trabajo y sobre todo reconocerle a estas dos madres, mujeres y profesionales que su técnica  es “A cuatro manos y dos corazones”.

Un paciente satisfecho más.

lunes, 21 de junio de 2010

El respeto y relación con el medio ambiente que te rodea.

A veces cuando hablamos del medio ambiente que nos rodea en la ciudad, la verdad es que en vida natural es bastante escaso, aquí en la capital de México existe un grave problema de sobrepoblación, las áreas verdes ya son muy escasas lo que más abunda son pequeños parques bastante descuidados, donde existen oasis para insectos, pajaritos y una que otra especie que pueda sobrevivir en esta gran y contaminada urbe, pero en general se ha cambiado el escenario casi en su totalidad, se extermina a las especies silvestres y con ellas se arrasa con la población nativa de insectos y otros organismos más complejos.

¿Cómo podemos ir inculcando el respeto por el medio ambiente, si en el peor de los escenarios estamos continuamente depredándolo, cambiando la tierra por asfalto y limitando cada vez más los espacios donde la vida silvestre pueda desarrollarse?

Comienza por tu casa y observa el espacio donde se acercan especies silvestres a coexistir o reproducirse, protege las especies que puedas, respétalas, reconócelas e intenta no mellar su número o al contrario ayuda a su reproducción tanto como puedas. Recuerda que existen múltiples especies de insectos (sobre todo) inocuos para nuestra forma de vida citadina y que no hay conflicto en compartir el mismo espacio, tengan en cuenta ser congruentes con la precaución.

Esta pequeña historia tal vez ilustre mejor el punto al que quiero llegar. Afuera de la casa donde vivimos hay un árbol de zapote blanco al que se acerca un solo tipo de mariposa a depositar sus huevos, esta tan bien adaptado que el numero de larvas que proliferan es muy grande, casi siempre son exterminadas, ya que las pobres ofrecen un espectáculo non-grato al reunirse tantas, además de que una vez que son orugas adultas si son molestadas desprenden un repelente olorcillo a queso, no pasa tanto tiempo en verdad en que las orugas comiencen a buscar un lugar donde hacerse crisálidas, y tampoco me pareció que hicieran tanta mella en la frondosidad del árbol, en fin, que cuando buscan las orugas su lugar son capaces de llegar hasta mi ventana.

Antes de que la primera ola de casi 70 orugas fuera exterminada, pude rescatar 3 orugas de esas que se aventuraron, las coloque en una caja y en una noche comenzaron su conversión a crisálida solo que por un descuido una de las crisálidas se soltó de su hilo de seda y solo 2 mariposas pudieron llegar al término de su metamorfosis.

Todo este proceso desde que llegaron las orugas hasta que despedimos a las mariposas la siguieron de cerca mis hijos y ahora están muy emocionados con esta experiencia, así espero que comience su formación sobre respeto y conservación de las especies y aunque murieron la mayoría, solo se necesito un poquito de ayuda de nuestra parte y dos especímenes de esta especie pudieron vivir. Todos tenemos responsabilidad sobre la vida que vive junto a nosotros en el planeta, ojalá que no se nos olvide.

Esta foto es de la última mariposa que nació hoy y dejamos libre.

martes, 8 de junio de 2010

Adiós Abuelita.


Todos tenemos un ser muy querido que tenemos miedo a perder. No importa si es por una enfermedad, accidente o porque la vida termina, siempre duele.

Siendo yo niña una de las cosas que me hacia llorar de tristeza en la noche, era saber que algún día mi Abuelita me dejaría, que me quedaría sin ella. Mi Abuelita fue una mujer de salud de hierro de esas de antaño, nació en 1921 y había tenido y criado a 13 hijos vivos, fue madre desde los 22 y hasta los 41 años cuando fue su último embarazo, saco a toda nuestra familia adelante, fue una mujer sumamente inteligente, amable, risueña, bondadosa, caritativa y muy trabajadora. A lo largo de su vida presencio innumerables milagros y siempre fue devota de Dios, tendió sus manos y su corazón cuantas veces fue necesario para ayudar a los que la necesitaban.

Poco después del 10 de mayo del 2009 mi Abuelita fue internada en el hospital, tuvo un tipo de choque diabético, tenía 87 años en ese momento. Paso tres días en urgencias, estaba consiente pero poco estable, por eso no la podían pasar a piso, sin derecho a visitas solo a verla de 5 a 10 minutos para darle sus alimentos. Yo quería correr al hospital desde que me enteré, pero con mi hijo menor de poco más de 5 meses, mi familia me decía que esperara, en la noche del tercer día, un tío muy querido me ofreció quedarse en la sala de espera hasta el momento de darle sus alimentos, y avisarme en cuanto tocará para que yo pasará aunque fuera esos preciados minutos, afortunadamente el cuarto día en la mañana por fin paso a piso y comenzó a recibir visitas, yo fui una de las que corrió a verla ese día.

Después de ese episodio en que toda la familia se asustó, fueron 8 meses de decaimiento y sufrimiento físico para mi abuelita, en esos meses trate de estar a su lado cuanto me fue posible pero te pasan muchas cosas por la cabeza en una situación así, y meditaba: ¿cuándo será el último momento que pase a su lado?, ¿qué debo decir cuando este con ella?, ¿cómo actuar?, como si pudieras hacer el guion perfecto y llenar todos los posibles huecos y hacerte la fuerte y pensar y pensar que harás si sucede lo que tiene que suceder. Pase esos meses yendo y viniendo de acuerdo a sus recaídas, que no pasaban de sustos para todos los que la cuidaban día a día (aquí un gran agradecimiento a mis tíos, mi madre y mis dos hermanas mayores)

Me llenaba de mucha frustración y desesperación el visitarla y tener que estar siempre pendiente de mis hijos, porque sentía que no podía volcarme con la suficiente dedicación, por tener a mis dos niños necesitándome tanto. Los meses finales del 2009 fueron muy duros económicamente para mi familia, cosa que hizo aún más dura la tarea de estar al lado de mi Abuelita, sin embargo cada que sentía mucha necesidad de verla, casi obligaba a mi esposo a llevarme a su casa (tengo que agradecer desde el fondo de mi corazón todo lo que hizo mi esposo por mi y toda mi familia durante ese tiempo).

Un día de esos me dispuse a despedirme de mi Abue, y decirle todo lo que sentía mi angustiado corazón, tenía cerca de 5 años antes en los que cada vez veía con más claridad que ella era la mujer que más admiración y orgullo me inspiraba, solo que nunca se lo había dicho. Ese día platicando con ella y “acomodando el terreno”, se me hizo evidente como nunca su cansancio y que en su estado ya estaban demás mis ansias y mi terror de perderla sin decirle todos mis sentimientos agolpados. Acepte que había llegado tarde y que ahora mi función era escucharla, atenderla y pasar ratos agradables a su lado.

Mi Abue cumplía años el primero de Enero, yo esperaba con ansias estar con ella en su cumpleaños número 88 pero para colmo mis dos hijos estuvieron constantemente enfermos de gripa desde que comenzó el invierno y desde el 26 de diciembre habían caído con una espantosa tos los dos, impidiéndome estar a su lado ese día. El mes voló y solo pude verla 2 veces antes de que tuviera la última de sus recaídas. El sábado 30 de Enero, sufrió una embolia que la dejo inconsciente, se paso 3 días en el hospital pero aún ahí fue de hierro, espero pacientemente y con entereza, para regresar a su casa, regresó en una semi-conciencia pero ya no despierta.

Esa noche sabia que al día siguiente nada me impediría visitarla yo deseaba y necesitaba hacer por mi Abuelita, por mi madre primordial lo siguiente: Deseaba sostenerla entre mis brazos, así como ella me sostuvo en los suyos cuando yo aprendía a caminar, deseaba asearla, así como ella me bañaba de niña, deseaba darle de comer igual que ella me preparaba y me daba alimento, y con esto en mente esperé la siguiente mañana. Ahora yo sería el sostén firme de mi abuelita, ahora que ella me necesitaba fuerte, como un pilar no la dejaría sola.

A la mañana siguiente amaneció nublado, húmedo, ventoso y muy frio me disponía a ir a su casa pero ante el clima mi esposo y mi hermana me dijeron que mejor esperará por los niños, fue mi Tío y una amiga muy querida quienes me sacaron nuevamente el valor para pasar sobre todo y todos, hable con mi tío con el corazón en la mano y él me dijo: No esperes, ven hoy.

Mi pobre esposo debió pensar que estaba loca, pero no acepte un no como respuesta y me llevo con todo y niños a ver a mi Abue, esa tarde paso volando, mi Abuelita estaba hermosa, cálida, con un rostro sereno, parecía que dormía, mis tías y tíos entraban y salían de su cuarto que le habían aclimatado, yo entre varias veces y en estas entradas hice milagrosamente cada una de las cosas que necesitaba, ayude a acomodarla, le limpie su rostro y sus labios y ante el nerviosismo de mis tias, le di su alimento y té por la sonda, no fue sino hasta mucho después que caí en la cuenta de lo que pase esa tarde.

En una de esas entradas no sé cómo, me quede sola con ella, para decirle por fin acariciando su cabello y tomándole su mano, que era la mujer de la que más orgullo y admiración sentía, que no esperará más a nadie, que si era su momento nos dejara, que ya había hecho suficiente por todos nosotros, que nos había enseñado mucho y ahora era nuestra responsabilidad seguir adelante con nuestra vida, y que además todos estábamos unidos con ella y por ella. Ese jueves regresé a mi casa pues no pensaba que a mi Abue le quedaran horas de vida.

Mi Abuelita falleció a las cinco de la mañana del viernes 5 de febrero del 2010, rodeada de su hijos y en su casa, calientita y amada.

En memoria de la mujer más grandiosa de mi vida, fue todo un orgullo, un placer y un honor haber sido tu nieta. Gracias Abuelita por todo, aún te extraño.

lunes, 4 de enero de 2010

Inicia el 2010: Tú has nacido feliz.

Ya se ha terminado el 2009. Yo particularmente tuve un año difícil, sobre todo los últimos 4 meses fueron muy duros en todos los aspectos que forman mi vida actual. Así que viendo que llegaba el fin de año y yo encontrándome con menos de una pizca de sentirme con ánimos de celebrar un “feliz inicio de año”, me di a la tarea de hacer una lista de las cosas que este año me habían valido la pena pero como siempre, cuando eres padre, lo primero que llena la lista tiene que ver con tus hijos; al fin y al cabo nada puede ensombrecer tanto las cosas si ellos están bien a tu lado.

Pero una cosa que me resulta más difícil del tiempo encapsulado en la navidad-fin de año, es todavía esa actitud de muchos y la gran mayoría de gastar por gastar, de acumular objetos inservibles o que se romperán en la primera usada o los peor aún regalos carísimos de marca y que la gente ostenta como si fueran cabezas de caza. Y claro que si tú no entras en ese círculo, eres raro o amargado.

Mis hijos a diferencia mía tienen muchos más juguetes, muchos regalados por la familia algunos se los hemos comprado a lo largo del año por el gusto de regalarles (casi siempre carritos) pero aún así la variedad de juguetes es amplia y cumplen con casi todo, desde interactivos, educativos, de piezas, libros, pelotas, peluches, etc. ¿Qué les podría haber regalado si tienen de todo? Quise buscar algún hueco, ver desde su mirada de niños lo que más les agradaba pero, la VERDAD, es que cualquier juguete es bueno, mientras nos tengan a nosotros (sus padres) como los instigadores de juegos, cualquier juguete se vuelve mágico cuando mi esposo o yo, jugamos con los chiquitos, es más el mejor juguete es ninguno, porque ahora mismo a sus tres años y medio mi hijo mayor lo que más disfruta es imaginar.

Por eso di con el siguiente pensamiento: Los seres humanos nacemos felices, no es cierto que nuestra meta en la vida sea buscar la felicidad, más bien la tendremos perdida o desorientada, pero hemos nacido felices de nuestra condición, mi hijo de un año me da pruebas de ello, es feliz por sí mismo, por existir e interactuar con los demás y con su derredor, en su naturaleza esta el descubrimiento, el desciframiento y la evolución, es algo así como volver a ver lo que tenemos de divino. Que conste que la condición de felicidad no quiere decir que emocionalmente estemos desarrollados, por supuesto que mi hijo pasa por estados de enojo, frustración, tristeza o dolor, pero esos, son solo estados pasajeros, por eso los niños son capaces de enojarse tremendamente y en el siguiente instante estar riéndose a carcajadas. Más bien lo que quiero hacer notar es que entre más pequeños el estado del ser humano es más hacia la felicidad y que el concepto de “buscar” la felicidad es erróneo.

Muchos males actuales que viven los seres humanos tienen que ver con esta constante búsqueda y la espantosa incertidumbre de dejar de existir sin haber encontrado la tan ansiada felicidad, muchas personas que avanzan y son vistas como exitosas son personas que saben que son felices a pesar de los factores que no controlan en su vida.

Pasando los dos años, cuando el lenguaje comienza a revolucionar la mente, cuando la consciencia se hace más perceptible hagámosle notar a nuestros hijos que ellos han nacido felices, seguramente cuando sean mayores lo necesiten.

¡Feliz como siempre, inicio de año!