lunes, 21 de junio de 2010

El respeto y relación con el medio ambiente que te rodea.

A veces cuando hablamos del medio ambiente que nos rodea en la ciudad, la verdad es que en vida natural es bastante escaso, aquí en la capital de México existe un grave problema de sobrepoblación, las áreas verdes ya son muy escasas lo que más abunda son pequeños parques bastante descuidados, donde existen oasis para insectos, pajaritos y una que otra especie que pueda sobrevivir en esta gran y contaminada urbe, pero en general se ha cambiado el escenario casi en su totalidad, se extermina a las especies silvestres y con ellas se arrasa con la población nativa de insectos y otros organismos más complejos.

¿Cómo podemos ir inculcando el respeto por el medio ambiente, si en el peor de los escenarios estamos continuamente depredándolo, cambiando la tierra por asfalto y limitando cada vez más los espacios donde la vida silvestre pueda desarrollarse?

Comienza por tu casa y observa el espacio donde se acercan especies silvestres a coexistir o reproducirse, protege las especies que puedas, respétalas, reconócelas e intenta no mellar su número o al contrario ayuda a su reproducción tanto como puedas. Recuerda que existen múltiples especies de insectos (sobre todo) inocuos para nuestra forma de vida citadina y que no hay conflicto en compartir el mismo espacio, tengan en cuenta ser congruentes con la precaución.

Esta pequeña historia tal vez ilustre mejor el punto al que quiero llegar. Afuera de la casa donde vivimos hay un árbol de zapote blanco al que se acerca un solo tipo de mariposa a depositar sus huevos, esta tan bien adaptado que el numero de larvas que proliferan es muy grande, casi siempre son exterminadas, ya que las pobres ofrecen un espectáculo non-grato al reunirse tantas, además de que una vez que son orugas adultas si son molestadas desprenden un repelente olorcillo a queso, no pasa tanto tiempo en verdad en que las orugas comiencen a buscar un lugar donde hacerse crisálidas, y tampoco me pareció que hicieran tanta mella en la frondosidad del árbol, en fin, que cuando buscan las orugas su lugar son capaces de llegar hasta mi ventana.

Antes de que la primera ola de casi 70 orugas fuera exterminada, pude rescatar 3 orugas de esas que se aventuraron, las coloque en una caja y en una noche comenzaron su conversión a crisálida solo que por un descuido una de las crisálidas se soltó de su hilo de seda y solo 2 mariposas pudieron llegar al término de su metamorfosis.

Todo este proceso desde que llegaron las orugas hasta que despedimos a las mariposas la siguieron de cerca mis hijos y ahora están muy emocionados con esta experiencia, así espero que comience su formación sobre respeto y conservación de las especies y aunque murieron la mayoría, solo se necesito un poquito de ayuda de nuestra parte y dos especímenes de esta especie pudieron vivir. Todos tenemos responsabilidad sobre la vida que vive junto a nosotros en el planeta, ojalá que no se nos olvide.

Esta foto es de la última mariposa que nació hoy y dejamos libre.