miércoles, 22 de julio de 2009

Escribe un libro, siembra un árbol y cría un hijo.

No recuerdo bien si este es el orden de la frase, pero estos son los tres factores que la forman.
Cuando era adolescente me gustaba mucho porque siempre he sido amante de los libros y me gustan mucho los temas de la naturaleza, eso sí a los niños los detestaba y nunca estuvieron en mis planes, siempre pensé que de esta frase me gustaría sobre todo los dos primeros puntos y que era una lastima nunca llegar a tener todo, pues lo tercero en verdad me repelía. La frase me atraía mágicamente pues me figuraba que en tan poco contenido se expresaba una riqueza de enseñanza que aún era incapaz de comprender del todo, lo bueno de esto es que el tiempo y las experiencias pueden ayudarte a comprender mejor las cosas de tu primera juventud.

Lo que encierra

Escribe un libro: Para mí es, el ser capaz de condensar tus pensamientos, escribir es un ejercicio diferente al pensar, no solo creas un contenido con una estructura y un fin sino que eres capaz de crear y perpetuar tus conocimientos y tu experiencia en ciertas cosas que ayuden a los demás a comprender mejor y a avanzar un poco más en esta periferia tan compleja que es la existencia. Escribir es compartirte a nivel mental con los demás que puedan acceder a tus ideas. Ejercitar la escritura de tus pensamientos te ayudara madurar tus ideas.

Siembra un árbol: Después de mucho tiempo me toco cuidar un jardín (el de mi casa) y era todo un ritual, es trabajo diario, es afinar la observación, es conocer ciclos, disfrutar del trabajo físico y sentir dentro de ti, la otra vida, exterior a la tuya pero relacionada contigo, ver y tocar y experimentar el crecimiento vegetal fue tremendamente satisfactorio, tal vez sea el primer paso de compartirte con otras vidas con el agregado que su vida depende de ti en algunos factores, comienza entonces el respeto por la vida ajena.

Cría un hijo: De cualquier experiencia que pueda pasar por tu vida, esta es, tal vez la más importante para las mujeres. El criar, cuidar y guiar la vida de otro ser humano es la única experiencia en la que podrás obtener más de lo que das (aún que no sea con hijos biológicos).
Esta simple regla dice mucho y hay que tenerla presente, en la crianza de un hijo demos respeto, calidez, amabilidad, tono modulado, limpieza, tolerancia, interés sincero, tiempo, caricias, palabras de aliento, ánimo y todo lo mejor que tengamos en nosotros, es la hora de compartirnos de lleno y así recibiremos más. Y también a usar todos los talentos que tengamos y a multiplicarlos: ser observadores, ser creativos, ser motivadores, ser emprendedores.

Qué como a la buena fruta, las experiencias nos den buen color, buen sabor, buena textura, para una vez maduros tener ganas de caer de nuevo a la tierra y seguir el ciclo de la vida.

1 comentario:

  1. hOLA apenas me pude reaparecer por aqui, pero aqui te estoy leyendo.. sobre esta frace tienes razon, parece tan sencilla y a la vez tan complicada de llevar a cabo..
    que te cuento, un libro en si creo que no he escrito aunque podria llegar a considerar un pequeño librito en donde le escribi a Jose Franco (mi hijo) que paso durante el embarazo, con su papa y conmigo, que cosas haciamos, que se nos antojaba comer etc. etc... puede ser ese un libro..

    Un arbol, mmmmmm ay no como dice una amiga de mi mama,, hasta las plantas artificiales se me marchitan, no se porque, tal vez porque no les doy el tiempo que necesitan, y se me mueren =( , se que no solo necesitan "agüita" pero bueno como apenas me estoy organizando estoy tratando de recuperar la poca area verde que tengo en el depto jejej..

    y del hijo, hasta ahora he tratado de dar lo mejor. aunque solo el paso de los años, me hara darme cuenta si lo crie bien, espero que si.

    saludos..
    Korina

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